Post by edithevans on Aug 28, 2020 8:55:30 GMT
Nombre: Edith Evans
Edad: 24
Género: Femenino
Raza: Humana
Disciplina: x
Ocupación: Actualmente se encuentra atendiendo el negocio de antigüedades de su familia.
Habilidades:
-Edith puede llegar a ser una persona muy persuasiva gracias a su actitud segura y confiada que le otorga una gran facilidad de palabra.
-Debido que sus problemas económicos no les permitían comprar cosas nuevas, desde muy chica se le enseño a reparar artefactos que no sirvan.
Atributos:
Fuerza: 1 l Inteligencia: 3 l Social: 2
Personalidad:
Muy conocida por llevar consigo siempre una buena actitud, simpática, amable y segura de sí, o al menos este ultimo lo puede aparentar. Odia la injusticia y discriminación como a ninguna otra cosa, si visualiza algún caso de ese tipo no lo pensará dos veces para actuar. Puede llegar a ser un poco orgullosa y rencorosa cuando de perdonar se trata, pero esto no le detiene de ayudar cuando se necesita.
Historia :
La niñez de Edith fue como la de cualquier otra persona normal; feliz y un tanto pésima. Desde muy pequeña se le ha dicho a Edith que su madre falleció al tenerla, por lo que nunca indagó más acerca de quién era ni cómo había sido, pero eso no fue problema teniendo un padre y tía que la cuidaban, amaban, protegían y llenaban de historias fantásticas sobre vampiros, lobos, magos y brujas. Cada historia estaba acompañada de alguna baratija de la tienda de antigüedades que poseían por herencia familiar, así que, si Edith sintió curiosidad por algún objeto, esto significaba una invitación a escuchar una historia nueva.
“Las sombras pueden ser peligrosas, pues en ellas habitan seres que pueden hacer daño. Nunca salgas cuando la luna esté en su punto más alto ” Es la abvertencia al final de cada historia que más resuena en sus recuerdos.
pero todo este cariño no la salvó del acoso que recibió a lo largo de su vida escolar a causa de su vitíligo. A pesar de la confianza que sus seres queridos le inculcaron, Edith desarrolló una gran inseguridad que suele ocultar hacia sus agresores.
Su tía siempre fue muy enfermiza, así que después de su fallecimiento, no había nadie más que atendiera el negocio familiar, y eso sólo significaba dos cosas: No ventas = No ingresos.
El padre de Edith no ganaba lo suficiente como camillero en el hospital para poder pagar sus estudios, así que Edith se vio en la necesidad de abandonarlos y atender el negocio mientras ahorraban dinero suficiente para que pudiera concluir sus estudios. “No pasa nada, la academia de actuación puede esperar por mi talento unos años más”, afirmó Edith en ese entonces a su padre y así misma.
Tenía ya 23 años cuando de repente se presentó bacantes de actuación para una obra, donde no había ningún requisito más que ser chica y saber actuar. Esta era sin duda una oportunidad que no quería perder, por lo que decidió ir a probar suerte saliendo una hora antes del negocio sin avisarle a su padre, pues temía que su apuro por ser actriz fuera una presión para Él.
Ya eran pasadas de las 11 cuando Edith iba subiendo muy emocionada las escaleras de su edificio con la noticia de ser parte de los posibles candidatos para el papel, cuando de repente se topa a la casera, quién tenía que darle un mensaje urgente de la policía. Su padre había sufrido un accidente automovilístico por estar en estado de ebriedad.
Edith salió disparada al hospital confundida y horrorizada. su corazón se sintió como si estuviera apunto de salirse de su pecho congelado.
Ya en el hospital los doctores replicaban una vez tras otra que se trataba de abuso de alcohol. Ella sabía perfectamente que su padre no tomaba, tampoco estaba enfermo ni había tenido jornadas laborales largas esa semana. Ella exigió por lo menos poder verlo y despedirse, pero los doctores seguían negándose rotundamente. Fue entonces que tras un acto impulsivo entró a la fuerza a los pasillos del quirófano y buscó con desesperación hasta que encontró en un cuarto, pero enseguida la arrastraron fuera de este.
No recuerda si la sedaron, se desmayó por la adrenalina o por el horror de haber visto a su padre completamente pálido, como si hubiera sido absorbido desde dentro, y lo más importante; con una extraña marca del lado derecho del cuello.
El padre fue cremado debido a unas “complicaciones con el cadáver”; a cambio de ese error, todos los gastos fueron cubiertos por el hospital.
Edith sabe que lo que vio no fue un sueño… o pesadilla, pero decidió guardárselo. tiene la certeza de que no se trató de un accidente. Su cadáver no había tenido tampoco ninguna extraña complicación. El fallecimiento de su padre había sido ocasionado por alguien e iba a averiguarlo.
Datos curiosos:
-Ama bailar
-puede comerse una caja entera de donas glaseadas
- Ama vestir colores vivos y cuando le preguntan el por qué; suele bromear diciendo “es que me estoy quedando sin color”
-Le gusta actuar las voces de los personajes en los libros acompañados de dramatizaciones y movimientos físicos bruscos.