Aemon Gwyddyon

Nombre: Aemon Gwyddyon.

Edad: 36 (80 años desde el abrazo).

Género: Masculino.

Raza: Vástago. Huntrex.

Alianza o Tribu: Strigas Bane.

Altura: 1.98

Atributos:


Disciplinas:

Animal Speech: El poder de hablar con los animales.
Morphex: El poder de convertirse en un animal completa o parcialmente. (Oso pardo).

Ocupación: Escritor y viticultor (poseedor de su propia marca de vinos y whiskies).

Habilidades: Tiene una habilidad con sus manos magnífica, capaz de diseñar y construir una pequeña casa si lo desea [y si tiene tiempo o ganas], bastante versado tallando madera. Es un agricultor nato, y posee varios diarios donde guarda los distintos conocimientos y experiencias que ha vivido desde casi el 1800. Posee conocimientos herbolarios, medicinales y lingüísticos.

Personalidad: Estoico, observador, indiferente hacia los de cualquier raza, frío sobre cualquier cosa fuera de sus principios pero cuidadoso por apariencia. No sabía de las reglas de los vástagos hasta que rompió algunas y luego de un interrogatorio se deshizo de las pruebas y testigos.

Historia: Los recuerdos de su vida pasada son casi inexistentes, y persisten solo como flashes de sueños confusos que no tarda en olvidar. Fue un antiguo curandero de una región desligada a la capital de su país, pero tras la conquista un noble pasó por su villa y se fijó en él. Aunque fuese algo más joven, aquel noble no tardó en sentirse atraído por el constante rechazo que Aemon le profesaba, repugnaba sus bienes y su belleza, diciendo que todo era una falsa fachada que ocultaba algo maligno. El noble no tardó en secuestrarlo, tomándolo a la fuerza para mostrar su poderío sobre él, pero nunca consiguió sacarle lo que quería, y terminó desarrollando una obsesión romántica que lo llevó a convertirlo en un arranque de posesión e ira. Se trataba a fin de cuentas de un vástago, el cual se aseguró a sí mismo haber encontrado a la pareja perfecta en Aemon, solo suyo a partir de esa noche, siguiéndole un sin fin más de abusos a causa de su tóxico amor. Aemon, en su crudo despertar, ya había sido preso de un dolor mayor al de su transformación, así que una noche, cuando logró obtener consciencia suficiente para moverse, decidió acabar con su captor, huyendo lejos hasta no pisar siquiera ese país otra vez.

Se dirigió a las tierras heladas del norte, donde se escondió mientras la guerra se volvía a desatar en esos lugares. Vagó durante años, sobreviviendo sin rumbo, hasta que finalmente consiguió algunas tierras ganando una apuesta contra un noble menor, el porqué el humano desapareció poco después lo tuvo sin cuidado pues había firmado los papeles. Gracias a esto se ha dado el gusto de no moverse de lugar desde entonces, y sólo deja a una persona al cuidado de esta cuando tiene que viajar por trabajo.

Datos curiosos:

-Tiene un gran sentido del olfato y del oído, mejor que el de muchos cánidos.
-No bebe algo que no sea buen alcohol o agua, detesta el té y apenas acepta el sabor del café.
-Añora el hogar en el que nació, aunque no puede recordar dónde fue.
-Es del tipo de personas que patea un refrigerador y lo arregla.
-Su casa posee un gran jardín en forma de invernadero, y posee un cuarto lleno de plantas medicinales, no las usa, pero le da mucha paz trabajar con ellas, así que las vende o regala.
-Usa su conexión con animales para encontrar plantas raras y para sabotear cultivos rivales.
-Incluso si es bueno con la tecnología, no le gusta mucho el avance tan rápido que tiene.